Empezó el infierno

Venía preparado para lo peor y ,excepto lluvia, ya he sufrido algunas de las inclemencias pronosticadas. Lo peor sin duda, el viento. Tuve todo el día de cara un viento bastante fuerte que hacía que tuviera que meter riñones como los toros en los caballos, !cuando iba cuesta abajo!.

El otro problema es el peso, llevo demasiado. Pero al ir sólo, entre la bolsa de la bici, herramientas, tienda de campaña, saco, colchoneta, agua,... Ocupan todo el espacio de las alforjas, y lo demás lo llevo en la espalda por lo que la zona lumbar se resiente bastante, y al tener más peso la fuerza de la gravedad actúa y mi culo presiona más con el sillín por lo que he pasado toda la tarde caminando como los hermanos Dalton.

El paisaje y el tiempo en esta zona del suroeste me ha recordado mucho a cuando salimos de Punta Arenas dirección Puerto Natales (Región Antártica chilena), y la verdad es un estilo de vida que me atrae mucho. Aldeas compuestas por una o dos granjas pintadas en colores vivos, con dos o tres casas alrededor justo al borde de las pequeñas bahías donde siempre hay un par de barcos pesqueros. El verano es desapacible, como será el invierno.

Reikiavik es normal, lo esperado con una calle donde se desarrolla toda la vida turística y tiene mucha actividad. Un turismo muy similar al de las zonas extremas que se han puesto de moda por "deportes de aventura", todos vestidos iguales aunque la realidad diga que hay 14 grados. ¡Cuanto daño ha hecho el Decathlon!. Me han llegado a recriminar ir en bermudas y alpargatas. Señora, ¡que es verano!.

Y como vengo a una aventura sin precedetes,...me he arriesgado, he sacado todo el valor que he podido, no he mirado atrás, y me he metido en un Hostel.... lo se, os he defraudado a muchos pero venía para sufrir cosas como esta.

Luego lo he solucionado cenando una estupenda ensalada de cigalas por un precio estupendo. Me he dejado para la vuelta un restaurante muy recomendado donde probar el Tataki de ballena, el frailecillo ahumado,...